martes, 22 de diciembre de 2009

Vacaciones en Hawai. ¿Paraiso o infierno?




Si pensabais iros de vacaciones a Hawai o a cualquier isla del Pacífico, tal vez os encontreis con un panorama tan poco idílico como el de la foto. Hace unos meses os hablaba de la gran mancha de plastico que se había acumulado en el pacífico.

Para hacer un poco de memoria, os recuerdo que se trata de una acumulación de desechos, compuestos principalmente por plásticos, localizada en el Centro-Norte del Océano Pacífico en un vortice de corrientes que circulan en el sentido horario desde la costa oeste de EE.UU hasta el sureste asiático y de vuelta. El remolino de basura como la han bautizado en español, o el continente de plástico como la llamé yo en su tiempo, tiene dos veces el tamaño de Texas. Para para ponerlo en estándares europeos sería el tamaño de la península ibérica y Francia juntas.

La mancha fue  descubierta en 1997 por el capitan de barco Charles Moore, pero fue predicha en un artículo que publicó en 1988 la NOAA, Administración Norteamericana de Oceánica y Atmosférica.

Los efectos de la acumulación de residuos son obvios en el mar, pero ni siquiera las costas se salvan de la degradación y se ven inundadas de residuos. El problema es global, pero hay zonas especialmente afectadas como la playa de Kamilo en Hawai que aparece al principio de la entrada. Los hawayanos se declaran incapaces de hacer frente a este problema ecológico sólos. En este vídeo Charles Moore pasea por la que va camino de alcanzar el prestigioso título de "Playa más sucia del mundo".



La idea de que el plástico es un material desechable se acunó tras la 2ª Guerra Mundial cuando la economía aliada, con Estados Unidos a la cabeza, se lanzó al capitalismo de consumo. Lo malo del concepto "usar y tirar" y de la sociedad que genera es que resulta demasiado atractivo para la mayoría de las personas. Cuando algo no sirve o se vuelve viejo simplemente se tira a la basura y se compra un repuesto nuevo y todos sabemos el placer que produce el ir de compras o estar a la última. Pero casi nunca pensamos donde acaba lo que tiramos puesto que desaparece de nuestra vista gracias a los contenedores de basura y sistemas de limpieza urbana (más bien deberíamos decir sistemas de traslado de basura urbana).

Pero no tenemos conciencia de donde van a parar nuestros desechos. Este es sólo un ejemplo de lo que pasa por nuestra falta de responsabilidad y comodidad:






La primera fotografía muestra los restos de un albatros que murió probablemente por ingesta de trozos masivos de plástico. En la segunda podemos ver una tortuga marina atrapada en una red abandonada en el océano.

Jean-Michel Cousteau, el hijo mayor del naturalista Jacques Cousteau heredó la labor ecologista de su padre y en uno de sus viajes por las islas hawaianas se encontró con este panorama, en el siguiente video explican todo lo que os he relatado en la entrada:



Después de ver los hechos y escuchar a estos científicos, sólo queda poner nuestro granito de arena. Las formas de colaborar son muchísimas. En el último post os hablaba de la Fundación Algalita. Ahora os menciono otra, el proyecto Kaisei


El proyecto Kaisei, es un esfuerzo de científicos y entidades comerciales para estudiar y llevar a cabo la limpieza y reciclado de los residuos marinos. La primera expedición realizó un viaje de recolecta con redes especiales (no para atrapar animales sino el plástico) en marzo de este año regresando con cerca de 40 toneladas de plásticos.  Aqui podeis ver más información en la Web oficial y aquí podeis hacer donaciones.

Otra forma de colaborar es participar en la comunicación de esta noticia. Os animo a hacer público el enlace de esta entrada, a escribir en vuestros blogs sobre el mismo tema, como hemos hecho la gente de Fogonazos y yo. También podeis ayudar a traducir al español páginas de la Wikipedia que increiblemente todavía no tienen una versión en español como "Marine Debris" (residuos marinos). Habla del tema con amigos o compañeros, ayuda a crear una conciencia del reciclado y presta atención a donde y cómo tiras tus envases y envoltorios. Un buen propósito para el próximo año es que nuestro efecto en la naturaleza sea menos nocivo que el año pasado.



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